Mi primer recuerdo es un jardín muy cuidado, donde jugaba y le pedía a mi hermano mayor que me cortara un papel que sostenía con mis pequeños dedos de  bebé a los 2 años aproximadamente, mi hermano usando una tijeras de jardinería, me complació. La vedad no recuerdo cómo me volvieron a nacer los dedos. Fui hiperquinético, muy curioso, y, sobre todo, indisciplinado,  las reglas no eran para seguirlas, sino para agotar la paciencia y  el arsenal de castigos de mis maestros. Si no fuera arquitecto hubiera sido un buen médico forense. Lo que más me interesa de la ciudad es su ADN, para poder abordar resilientemente su realidad, y redefiniendo su código, sanarla. Lo que más me interesa investigar son las herramientas para hackear la producción cultural y científica de hábitat. Lo primero que me planteo ante un proyecto es cómo hacerlo más simple, cómo abordar la realidad, cómo aportar síntesis a la solución, cómo construir valor, cómo somos más útiles. Mis tres habilidades más importantes son: la comunicación, la sintetización y la coordinación de procesos complejos. Que qué aporto a Ad Urbis, pues un Core i9-12900KS «Special Edition». Hay muchos libros, lista interminable, de hecho casi siempre hay uno para cada proyecto. Mientras trabajo me gusta escuchar a Draco Rosa, Bumbury, Pablo, Zoe, encuentro en el estudio, bloque depresivo, bomba estéreo, muchos otros, Residente, Bad Buny, muchos  más y los descubrimientos que trae Samuel…